Como algunos sabréis sin duda este año tuve el placer de acudir al
Festival Celsius 232 y fue una experiencia genial. Uno de los eventos que esperaba con más ganas era la mesa redonda de fantasía formada por tres de mis escritores favoritos del momento: Brandon Sanderson, Patrick Rothfuss y Joe Abercrombie.
Como tenía muy buena pinta, decidí grabar el audio, ya que pensé que a lo mejor podría utilizarlo a la hora de elaborar mi vídeo del evento. Por unas cosas y otras no grabé nada, pero la charla fue excelente. De esta forma he decidido transcribirla y compartirla con vosotros.
Aviso para navegantes, la traducción es mía, aunque a veces algo apoyada en la excelente labor de Diego García Cruz, el traductor. ¿Que quiere decir esto? Dos cosas. La primera, ni soy traductora, ni filóloga ni he estudiado inglés de forma profesional, esto es, puede haber seguramente haya errores de traducción. Segundo, si vas a copiar algún fragmento en tu blog, cosa que eres absolutamente libre de hacer, cítame como fuente. Son cerca de 10 páginas de word y me ha costado bastante traducirlo por lo que lo agradecería.
También, he resumido algunas preguntas del público porque me parecía absurdo transcribir las flores que le echaban a los autores y demás elogios. El tiempo es oro. Dicho esto, a lo que os interesa. La charla.
Abercrombie: ¡Qué
detalle que hayáis venido aquí solo por mi! Gracias.
Cristina: En
realidad hay que decir que Ruescas cerró la mesa anterior diciendo “bueno,
ahora vienen Abercrombie y unos más”. ¿Si o no? Pues supongo que este es el
momento que estabais esperando, muchas gracias por estar aquí.
Bienvenidos a este acto que va a ser el último que tengamos
en este auditorio este año. Todavía no termina el Celsius, el Celsius termina
cuando terminen los Hijos de Mary Shelley y cuando termine la Noche Loca de
Jesus Palacios. Creo que no se llama la Noche Loca de Jesús Palacios, pero es muy
loca.
Lo primero de todo, antes de que el resto de mis compañeros
me impidan ponerme moñas al final, es decir que con invitados como estos y con
público como vosotros, ¡joder, que gusto da hacer festivales!
Y entonces, simplemente, para dejar el máximo tiempo posible
esto no hay otra manera de decirlo. Es el momento en que se juntan los tres tíos
más importantes, y más grandes, de la fantasía actual con permiso, o sin él, de
George Martin. No creo que en ningún momento ellos me contradirán, jamás se ha
dado una masa crítica de talento, ingenio y buena gente como la que hemos
juntado aquí hoy y aquí con estos tres autores. Nos han creado mundos, nos ha
regalado mundos, nos han dado algunas de las mejores horas de nuestras vidas, y
esos mundos están anclados en una realidad cercana, lejana… Me gustaría saber,
la primera pregunta que espero que respondan muy rápidamente para daros paso a
vosotros es, ¿hasta qué punto es necesario que estos mundos fantásticos tengan
un ancla en la realidad? ¿Es necesario, es un lastre?
Abercrombie: me
acerco poco a poco hacia el micrófono, ¡así que creo que soy yo! Iré primero y
después me aferraré a él durante setenta minutos y nadie más podrá hablar. Este
será mi plan: sin pausas, sin dudas, pondré a Diego (el traductor) a prueba al
final para ver si lo tiene todo correcto así que… empezamos ahora, comienza a
escribir.
Diría que la realidad siempre es algo muy interesante a la
hora de crear un mundo de fantasía. Me explico, toda la ficción tiene lugar en
mundos inventados, incluso si ese mundo es el nuestro. Pero creo que es
importante que la fantasía tenga un sentimiento de realidad, que los personajes
sean creíbles, auténticos. Que todo parezca real. Porque al final, la fantasía,
incluso si escribes sobre un lugar inventado, un mundo de un estilo medieval,
no puedes perder el hecho de que estás escribiendo para la gente de hoy en día:
la audiencia moderna. Si escribes para un público de un mundo medieval… están
muertos, no tienen dinero, serás un escritor MUY pobre. Así que pienso que el
público ha de estar definitivamente vivo.
Entonces, escribes para el lector moderno. Uno mismo es una
persona moderna, la forma en que nos expresamos es moderna. Y quieres tratar
temas actuales, quieres hablar de cosas sobre las que haya un interés. De esta
forma creo que es inevitable, quieras o no, que tu fantasía tenga un origen en
la realidad. Y con suerte será creíble y verdadera a ojos de sus lectores. ¿Así
está bien, Diego, o quieres que hable un poco más?
Sanderson: Si, creo que eso más o menos responde a toda la
pregunta. Buen trabajo. (Hace como que se levanta y se va).
Rothfuss: bueeeeeeno.
Yo no soy un gran fanático de la realidad. Me parece que la realidad es un concepto
muy escurridizo si empiezas a darle vueltas. Mayormente, lo que intento es ser coherente.
Una historia ha de ser fiel a sí misma. Necesita establecer y seguir sus
propias normas. Y eso es complicado porque puedo hacer eso para mi, pero eso no
es lo importante, sino que tengo que hacerlo para un público el cual ha tenido
experiencias totalmente diferentes. Si sabes que estás leyendo un cuento de
hadas, como Caperucita Roja; y el lobo comienza a hablar, a nadie le sorprende.
De otro modo, si estuvieras leyendo un libro de fantasía urbana y un lobo
hablase, bueno, tal vez te sorprendiera un poco si es algo que sale de la nada.
Si un lobo comenzase a hablar en un mundo de fantasía épica, bueno, sí, tal vez
eso sí que te sorprendería bastante.
De esa forma eso creo que es lo más importante al crear un
mundo, más que el sentimiento de realidad, es la coherencia del tipo de
historia que estás contando. No que sea cercana a esta realidad, sino que
siente las bases de su propia realidad, si es que eso tiene sentido. Buena
suerte traduciendo eso.
Sanderson:
recuerdo estar escuchando los comentarios de los actores de los extras de la
película de El Señor de los Anillos. Y, creo que era Christopher Lee quien
hablaba, el tipo que hace de Saruman, ¿vale? El fue un amigo personal de
Tolkien. Y en el comentario él estaba hablando de cuan real Tolkien era, y
repetía todo el rato algo así como “es
que no lo entiendes, este no es como esos otros libros de fantasía”. La
fantasía era tratada como si fuera real. Y me gusta su ímpetu, pero creo que
ese no era el punto porque eso es lo que la ficción hace. La ficción es coger
algo que no es real, que no existe, ninguna de las personas sobre las que lees
existe. Incluso si lees una novela histórica, están siendo ficcionalizados.
Cuando coges un libro y lees sobre Jane Austen, o cuando lees sobre Kvothe, es
lo mismo: son gente imaginaria. Y nuestro trabajo, es hacer que te importe algo
imaginario. Lo que me encanta de la fantasía es que es un género valiente. Es
como, vamos a ver qué podemos hacer que os creáis, qué es lo que podemos
“colaros”. Vamos a ser incluso más retorcidos, vamos a coger la cosa más
extraña e intentar que os importe, que os preocupéis por ella. Y esos
sentimientos, como Joe ha dicho, eso es lo que es real. Esa preocupación es
real, está en vosotros y eso la hace real. Todo lo demás son espejos, humo e
ilusiones. Y no importa cuán loco sea el asunto mientras podamos hacer que os
importe. Y creo que ese es el meollo.
Jorge: los tres,
en sus obras, alcanzan momentos de verdadera literatura épica y la épica se
relaciona mucho con la figura del héroe. A través de sus obras hemos visto
héroes muy diferentes, hemos visto héroes… menos héroes incansables. Hemos
visto a gente que se cansa pero sigue luchando, hemos visto anti héroes, hemos
visto distintas aproximaciones a la figura del héroe. Me gustaría que nos
contaran un poco de qué manera se sienten más cómodos, cuál es para ellos la
figura del héroes ideal en sus trabajos.
Rothfuss: (salta
y se abalanza sobre el micrófono llegando antes que Abercrombie) En tu tiempo, los griegos ya idearon una gran
fórmula para crear héroes. Bueno, eran un poco sexistas, pero eso ya lo sabéis.
Eran hombres, altos, con un defecto. No hay héroe sin tragedia, no hay héroe
que no tenga un defecto, y no puedes ser un héroe a no ser que seas, bueno,
probablemente un hombre…
Sanderson: ¿Y
Antígona?
Rothfuss: Cierto,
eso es, Antígona es de hecho un gran ejemplo de que rompieron sus propias
reglas nada más hacerlas. Cuando nos olvidamos de eso, cuando pierdes ese
defecto, esa tara, todo comienza a caerse a pedazos. Esas historias sobre héroes
no necesitaban villanos porque el héroe ya fastidia las cosas él solito. Tan
pronto como eliminamos el defecto del héroe, lo que tenemos es un superhéroe, y
ese es el motivo por el cual Batman necesita al Joker, Superman a Lex Luthor.
Es que imaginaos a Superman él solo. (Pone pose de Superman) ¡No hay historia!
No hay retos, no hay tensión. Y los escritores se dieron cuenta de ello
relativamente rápido, de tal forma que tienes que introducir un defecto
externo. Lo que es realmente interesante es que este defecto externo es el
villano que desafía al héroe. Pero lo que es aun más interesante, es
preguntarse quién termina siendo el personaje más interesante. El villano es
siempre el personaje más interesante en esas situaciones. Esto quiere decir que
a la hora de hacer un héroe no seas rácano con los defectos. Cuantos más defectos
tenga el héroe, más interesante será, desde mi punto de vista.
Abercrombie:
supongo que esa ha sido una buena respuesta, Pat. ¡Maldito sea! Ahora tengo que
pensar en algo interesante que decir. Leí mucha fantasía de niño a la sombra de
Tolkien, quien presentaba héroes que eran heroicos en sí mismos, con motivos
puros. Tenían motivaciones heroicas, hacen actos heroicos, y tienen éxito. Son
buenos en todos los sentidos. Tienen sus momentos de bajón pero eso no te hace
dudar en ningún momento de que sus motivaciones son heroicas y buenas. Supongo
que en la vida real, a pesar de que nos gustaría presentar a los deportistas y
políticos de esta forma, a menudo encontramos que tal vez no son tan puros.
Pero aun así, todo el mundo parece ser capaz de hacer algo heroico, algo noble,
son capaces de sacrificarse si se dan las circunstancias adecuadas.
Supongo que yo siempre he estado más interesado en quitar
esos fragmentos de heroísmo, ¿sabéis? Hay personas con motivaciones muy
egoístas cuyos actos resultan heroicos. O alguien que se comporta de forma
heroica, por ejemplo, lidera la carga de la batalla, pero obtiene resultados
horrorosos. Para mi esa es la cuestión, ¿quién es el héroe? ¿El hombre con acciones
desinteresadas, o aquel que termina haciendo actos heroicos a pesar de sus
horribles motivaciones? No creo que haya una respuesta sencilla para esto. Yo
siempre he estado más interesado en ese tipo de preguntas que aquellas que tienen
una solución simple, si queréis verlo así. La vida real no te suele dar
respuestas, sino que te ves obligado a tomar partido. Disfruto con el punto de
vista en que el héroe tiene dudas.
Sanderson: creo
que yo tengo un enfoque ligeramente diferente en este asunto. Creo que lo que
se ha dicho está muy bien, pero creo que no hay único tipo de héroe. Lo que se
ha dicho es muy importante sí. En la literatura contemporánea los personajes monocromáticos
son malos personajes, no importa como sean. Aragorn es un gran ejemplo. Creo
que es una de las cosas que las películas mejoraron del libro. Aunque también hay muchas cosas que
creo que no se mejoraron. El darle al personaje de Aragon un poco de arco de
personaje, en el que no está seguro de si quiere ser un líder o no, dio
muchísima profundidad a su personaje. De esta forma, añadiendo un matiz a este
personaje, sacándolo un poco de la monocromía, lo hizo más profundo, más fácil
de simpatizar con él.
El punto en que difiero, es que creo que aun hay espacio
tanto en la literatura como en las historias para personajes a los que
admiramos. Para personas que hacen lo correcto con las motivaciones correctas.
Quiero que los personajes tengan muchos arañazos, un montón de aristas, no
quiero que sean monocromáticos. Quiero que tengan miedos, y dudas y problemas y
que la líen una y otra vez, pero al final de todo aun disfruto leyendo sobre
gente que intenta hacer lo correcto desde su punto de vista, independientemente
del bando en que estén, y que se levanten y lo hagan.
Si preguntas a la gente por su personaje favorito de El
Señor de los Anillos todos te dirán que Samsagaz Gamyi…
Abercrombie:
(interrumpiendo) No no, ¡Saruman! Saruman es mi personaje favorito.
Sanderson:
¿Saruman, eh? Sí, el tuyo y el de Christopher Lee (el actor que interpreta a
Saruman en la película). Vale. Sam tiene muchas limitaciones. No es perfecto,
es un personaje con limitaciones, no es especialmente listo, ni sabe mucho de
lo que está pasando. Tiene muchas cosas en su contra. Pero al final del todo,
Sam es quien da el paso para salvar al mundo. Y ese es el tipo de héroe sobre
el que me gusta leer. Y es un tipo diferente al que han descrito mis
compañeros. Creo que hay espacio en la literatura para todo tipo de opiniones y
esto es lo que me gusta de la fantasía de los últimos quince años. Creo que la
definición de fantasía se ha expandido, y hay más opciones para los héroes y lo
que significa serlo. Ha hecho que el campo sea mucho más diverso. Creo que es
muy fuerte y sano para el género como un todo.
Rothfuss: es un
gran ejemplo Sam. Y El Señor de los Anillos es genial porque, de hecho, tiene el
tipo de héroe que os he descrito antes. Aunque mi héroe es Gandalf, que nos
sirve de ejemplo. Es un héroe con defectos y lo es porque está lleno de dudas,
pero a pesar de ello es un héroe. El… hun… vence a Saruman (se rie) quien es el
tipo de héroe de Joe, de eso no cabe duda.
Abercrombie: ¡Pues
claro que Saruman es un héroe! Él solo trata de crear un mundo mejor para los
orcos. No lo entendéis.
Rothfuss: A lo
mejor no es tanto Saruman como Boromir... Y volviendo a Sam. Bueno, realmente
toda la trilogía es sobre Sam. Sam es el protagonista. (Risas entre el
público). Lo digo en serio. Si no os habéis dado cuenta de esto, os habéis
perdido algo. (El público se rie aun más). Es que… no estoy de broma. (Más
risas).
Sanderson: os
estáis riendo todos. (Más carcajadas). ¡Pero si lo dice en serio!
Rothfuss: pensad
en cómo termina la trilogía. ¿Qué pasa al final? Termina con Sam, todo va sobre
Sam… Leedlo de nuevo y veréis a qué me refiero.
Abercrombie:
bueno, y ahora voy a continuar con una respuesta muy larga para ver cuánto
tiempo aguanta Diego tomando notas para luego traducir…
Rothfuss: creo
que deberías usar un bolígrafo de diferentes colores.
(Diego traduce y cuando termina el público aplaude).
Abercrombie: no
es justo, tú vienes te curras una respuesta y el traductor siempre se lleva el
aplauso más grande. Nosotros somos ignorados y luego llega él y hale, todo el
mundo aplaudiendo al traductor.
Ahora en serio, solo quería decir rápidamente que me ha
parecido un gran punto lo que ha comentado Brandon antes sobre la
diversificación de la fantasía y los diferentes estilos de héroes. A pesar de
que siempre ha habido gente haciendo un trabajo muy bueno en el género, en los
ochenta-noventa lo que era comercial y lo que vendía era lo brillante, lo
optimista, lo heroico. Y creo que es muy bueno que ahora haya muchos estilos
diferentes que sean ofertados al lector. Me gusta usar la metáfora de un
restaurante. Me encanta la comida china, la italiana, la española, la hindú… me
gustan muchos tipos de comida. Pero si yo abriese un restaurante, probablemente
tendría que elegir un único tipo. Lo cual no quiere decir que el resto hayan
dejado de gustarme. Y el tener muchos restaurantes en el barrio solo contribuye
a que haya una mayor oferta y variedad. Lo cual es beneficioso para el
comensal. Ahí lo tenéis, metáforas para vosotros.
Rothfuss: pero si
se le pone jamón serrano a todo…
Sanderson: cuando
vayáis a elegir un libro nuevo, y vayáis a la librería, recordad que Pat
Rothfuss odia vuestro jamón serrano. ¡A Joe y a Brandon les encanta!
Jorge: en seguida
vamos a abrir el turno de preguntas. Pero organizar un festival como el Celsius
lleva muchos meses, mucha ilusión, muchas ganas y luego, consigues tener una
mesa tan extraordinaria como esta. Y jolín, nosotros somos ante todo
aficionados también, estamos encantados. Entonces, Cristina como 33% ha podido
hacer su pregunta, yo he podido hacer la mía, y antes de pasaros el turno,
queremos que Diego también pueda hacer la suya. Así que Diego todo tuyo.
Diego: muy bien.
Mi pregunta, que ahora traduciré a los tres, es que por un momento, imaginen
que están solos en casa, que están escribiendo. Dicen que el primer lector de
un escritor es él mismo. Quiero que me digan de donde salen sus historias. Que
no me vengan con coñas de que de las entrañas, o la cabeza o no sé qué. Yo
tengo sensaciones cuando leo sus obras, a veces me provoca una respuesta más
intelectual, a veces me arrancan una sonrisa, a veces me conmueven de una
manera diferente y es algo que estos tres señores son especialistas en hacer.
No voy a decir cual me provoca cada una de las respuestas, supongo que está
bastante claro, pero bueno. Lo que me gustaría es saber cómo lo hacen ellos.
¿De dónde sale? ¿Cómo es su relación consigo mismos como lectores y como
autores a la vez?
Sanderson:
(responde antes de que se traduzca la respuesta) ¡Sí!
Abercrombie:
(mientras Diego está traduciendo de forma resumida dice “bla bla bla” y se
queda rumiando la expresión) oh, bla bla bla… Pues… la inspiración viene de las
entrañas.
No, en serio, creo que es siempre una pregunta muy
complicada de responder. Porque gran parte de ello es instintivo, o por lo
menos lo es para mí. Tienes que planificar, por supuesto, planificar la
historia y que fragmentos vas a incluir en ella. Tratas de hacer una historia
dramática, con un gran crescendo o algo sorprendente. Tratas de reflejar momentos
que sean emocionantes. Pero la forma en la que eso toma vida… Realmente hasta
ahora la historia solo era una sucesión de acontecimientos, lo cual no es ni
interesante ni tiene personajes que hablen, se comporten o piensen. Es muy
complicado decir de donde salen esas personalidades. No solo tienes que hablar
sobre ellas, sino que tienes que desarrollarlas. Puedes tener una idea para un
personaje: sabes qué papel desempeñará en la historia, lo altos que son, el
color de su pelo, ese tipo de cosas. Pero hasta que no te sientas y comienzas a
pensar en ese personaje, en cómo habla, cómo se relacionan con otros
personajes… ¡aun no está respirando! Para mi es extraño como algunos personajes
cobran vida instantáneamente, surge su faceta interesante y se desarrollan casi
solos. Otros, sin embargo, son muy planos, y te lleva muchísimo más trabajo el
llevarlos a la vida. Asi que, me encantaría tener una mejor respuesta para ti,
pero es que viene de las entrañas.
Supongo que también te influencia todo lo que has visto,
leído, y experimentado en la vida, ya que todo esto, como dice China Mieville,
se queda dentro de tu cabeza formando una “sopa mental”. Va hacia un batiburrillo
en tu cabeza, se mezcla todo y forma una extraña mezcla de donde luego saldrán
cosas que tal vez no te esperes. Y claro, en el apartado técnico hay muchas cosas
que puedes hacer. Cuando revisas el texto y lo pules, el resultado tiene que
transmitirte un sentimiento de naturalidad, una vez has terminado de releerlo y
queda revisado. Quiero decir, mi primeras versiones, no me malinterpretéis, son
geniales, ¡por supuesto, qué menos! Muchos autores matarían por tener novelas
terminadas tan buenas como mis primeros borradores. En el camino desde el
primer borrador hasta el final, hago muchísimo trabajo de pulido en la trama y
los personajes. Hay que prestar atención a los momentos claves y a como se
llega a dichos momentos. Pero todo viene de las entrañas.
Sanderson:
tenemos que impedir que Joe responda el primero, sencillamente porque es demasiado
listo y nos deja mal a los demás. Y citando a China Mieville, estás haciendo
trampas.
Abercrombie: No
pasa nada, él [China Mieville] a menudo me cita a mí.
Sanderson: Para
mi los personajes son la parte más difícil a la hora de ponerme a trabajar. Cualquier
emoción o sorpresa procedente del libro viene de los personajes. El divertirse
con el mundo, el argumento, es no es lo importante, el punto emocional lo ponen
los personajes. Porque ellos son el corazón del libro y, o triunfan, o fracasan
porque son planos, o se quedan a medias entre ambas. Y las emociones fuertes del
lector vienen de buenos personajes. No sabría decir como lo hacemos. Yo no sé,
como lo hago.
Soy profesor de escritura creativa en la universidad, y
cuando llegamos a la parte de los personajes, me quedo como “bueno, esto lo
siento, pero no os lo puedo explicar, chicos. Clase terminada.” No, es broma.
Yo soy un “outliner”, a mí se me ocurre un argumento de forma muy general, y un
contexto, un mundo para ese argumento. Y hacer todo esto me lleva mucho tiempo
porque me encanta. Luego, me siento y digo “bueno personajes, comencemos.” Y
entonces comienzo a escribir, y de ahí crecerá un personaje o no lo hará. Si no
lo hace, tiro ese capítulo a la basura y comienzo de nuevo para ver si otro nuevo
personaje surge de esta sopa mental, por decirlo de alguna forma. Y si por lo
contrario, surge algún personaje interesante de ello, continuo con ello, de lo
contrario, otra vez, lo tiro a la basura. A veces pasa a la primera, a veces
necesitas tres o cuatro intentos, a veces casi has terminado y te das cuenta de
que no termina de funcionar, pero te da la sensación de que a lo mejor al
revisarlo sí que puedes terminar de pulir los detalles pendientes.
Pero realmente no puedo decirte como sucede esto, excepto tras
leer muchísimo, escribir muchísimo, e intuir que ideas de personajes son buenas
y pueden ser exploradas. Eso puede ser frustrante a la hora de ser un
“outliner” como yo, ya que un personaje puede comenzar a destrozarte el
argumento que ya habías ideado, y tú como escritor piensas “no, no voy a hacer
eso, ya no te quiero en mi libro, ¡estúpido personaje!” Pero hay veces que eso
pasa, y no me frustro ni me sorprendo, sino que realmente me doy cuenta de que
este personaje sencillamente ha llegado a ser algo más increíble de lo que
pensé que sería posible hasta el punto en que sobrepasa incluso a la trama que
había creado inicialmente. Entonces lo que tengo que hacer es desmontar el
argumento para reconstruirlo en algo que congenie con este personaje. ¿Y cómo
sucede eso? “Sopa mental”, sip, definitivamente.
Rothfuss: (se lo
piensa mucho antes de comenzar a hablar). ¿Cómo sabes cuánta sal echarle a la
comida? Así es cómo lo sabemos, cómo lo hacemos.
Jorge: bueno,
pues el que quiera aprovechar para hacer alguna pregunta.
P: en toda la
charla lleváis haciendo constantemente referencias a Tolkien a El Señor de los
Anillos, y yo lo que me pregunto es en el mundo de la fantasía donde parece que
todo ya lo creó Tolkien, donde es la referencia de seguir “un dragón, un elfo”
y dices, pues El Señor de los Anillos; donde si oyes magia dices “Harry
Potter”. ¿Cómo conseguís innovar? ¿Cómo conseguís crear algo nuevo, dejar
huella?
Rothfuss: el
secreto es darte cuenta de lo que has leído y lo que ha sido hecho en exceso. Y
eso es muy difícil. Mi primera novela de fantasía no tenía ningún personaje
femenino. Ni uno solo. Y estuve escribiéndola durante tres años antes de darme
cuenta de ello. En ese momento, solo me di cuenta porque alguien me lo dijo. ¡Y
no les creí! Entonces, ¿creéis que me senté y dije “voy a proponerme escribir
un libro que no tenga ni una sola mujer”? No, en absoluto. Existían las Eddas,
y luego Tolkien escribió sus historias basándose en las Eddas, y los libros de
Tolkien fueron muy populares de forma que la gente imitaba a Tolkien, y luego
la gente imitaba a la gente que imitaba a Tolkien. Y se creó esa tendencia. He
leído dos mil de estos libros y lentamente asimilé el conocimiento de que las
mujeres no eran relevantes. Así es como estos fragmentos de “enfermedad
cultural” se propagan y yo habría formado parte de ello si hubiera sido
publicado en aquel entonces. Afortunadamente, me llevó veinticinco años más.
Tengo que agradecer el haber sido apaleado por un grupo de adorables feministas
que han metido algo de sentido común en mi cabeza. Ahora, tengo mucho cuidado
ya que sé que tengo que oponerme a ese sexismo que he absorbido a través de la
cultura. Al igual que… no sé, no se me ocurre ninguna analogía ahora… da igual.
Pero es que esto es así, incluso si no te das cuenta o si no quieres.
De igual forma, se asimilan todos los clichés y
estereotipos. A veces eso está bien, puedes contar un buen cuento de hadas si es
solo eso a lo que aspiras. Puedes contar una gran historia de aventuras que
solo sea una gran historia de aventuras. Pero una vez comienzas a darte cuenta
de que todas las historias de aventuras tienen la misma dinámica, es cuando
comienzas a ser capaz de jugar en una liga totalmente diferente. Ese es mi
juego. Ahí es donde vivo.
Abercrombie: iba
a decir que Tolkien obviamente ha sido una influencia masivamente importante,
tal vez más que ningún otro en la fantasía. Pero no es el único. Incluso cuando
él escribía, ya lo hacía inspirado en la tradición de las Eddas. Pero nos
podemos remontar hasta los griegos, o antes de hecho, o escritores como Howard,
Fritz Leiber y Jack Vance, que tenían unos estilos muy diferentes en épocas muy
semejantes. También hay escritores posteriores, como Martin, que se han
desviado del género. De hecho, hay escritores… ¡que no escriben fantasía!
Escriben thrillers, y novelas románticas, no ficción, todo tipo de trabajos. Podéis
aprender de todo tipo de escritura. (Rothfuss se ríe a carcajadas). Bueno,
menos Pat, que ya lo sabe todo y no le hace falta leer más géneros.
Creo que, de algún modo, a lo que la gente siempre reacciona
no es al lugar en que el autor se posiciona en el género o cuales han sido sus
aportaciones o influencias del mismo, sino a la voz propia del autor, lo que
sale de dentro. Creo que lo fascinante es hacer personajes originales, que los
sientas como individuos únicos, y que el escritor te lo sepa trasmitir por la
forma en que organiza las ideas y por como une la historia en todos los
sentidos. Desde el vocabulario que usa, a las frases que crea o el estilo que
tiene. Lo más importante es la relación que el lector crea con esos personajes.
Todo lo demás creo que son tonterías. Podrías volver a
escribir algo del estilo de El Señor de los Anillos y hacerlo con una actitud y
una voz totalmente diferente. Una vez más, resultaría fascinante. De hecho,
sería incluso más fascinante, porque estás acostumbrado a ver esa historia
siendo contada de otra forma. Creo que la reinterpretación de lo familiar con
una voz nueva es lo que hace un género. Tenemos libros con trasfondos similares
pero nuevas interpretaciones.
Sanderson: quiero
añadir algo a esto rápidamente en lugar de elaborar otra respuesta. ¿Sabíais
que, cuando barajeas unos naipes, estadísticamente, las estas ordenando de una
forma en que nunca han sido ordenadas antes en todo el universo? Y esto sucede
cada vez que lo haces, creas algo que el universo nunca antes ha visto. Algunas
historias han sido escritas, muchas historias de hecho, pero nunca han sido
escritas de la forma en que tú podrías escribirlas.
P: ¿Cuál es la
mayor gilipollez que han hecho alguno de vuestros personajes?
Abercrombie: (se
emociona y comienza a dar saltitos).
Rothfuss: ¿te
refieres a que haga la historia más difícil de contar?
P: no, me refiero
a que ellos como padres de los personajes a la hora de encauzarlos…
Abercrombie:
bueno, yo soy padre, tengo hijos, y esa metáfora no me sirve porque mis hijos
nunca hacen lo que les digo y a mis personajes les digo lo que tiene que hacer.
De lo contrario, los mato. Punto.
Sanderson: yo
hice que uno de mis personajes destruyera el mundo en una ocasión. De hecho, lo
hizo. Se trataba de la saga de La Rueda del Tiempo, así que el personaje tenía
el poder para hacerlo. Rompió la escena, destruyéndolo todo, ¡fue increíble!
Estuve leyendo los libros por veinte años y la perspectiva de destruir todo el
mundo... Aunque evidentemente eso no salió en el libro, pero ya me lo había
quitado de dentro.
P: Mi pregunta es
para Pat, ¿cuáles son los nombres de los días de la semana de El Nombre del Viento?
Rothfuss: hay un
calendario en mi web.
P: ya han
comentado lo difícil que es crear un personaje y sobre todo que les haga caso
durante la historia. Quería que dijeran, y que se mojaran de ser posible, ¿cuál
ha sido el personaje para ellos más fácil de crear y de llevar? Y sobre todo
hacer mucho hincapié en lo contrario, ¿cuál ha sido el más difícil, el más
complicado, y por qué?
Abercrombie: para
mi los que tienen una aparición breve en páginas son los más sencillos. Para
esos funciona tener un rasgo particularmente intenso y definido, pero tienes
que ser cuidadoso, como a la hora de hacer un chilli fuerte. No quieres que sea
muy flojo ya que está bien darle un poco de sabor picante a la historia, pero
tampoco pasarte y saturarlo todo. Para mí esos son los sencillos.
El personaje más difícil de escribir fue Monza, la
protagonista del cuarto libro. Creo que fue porque lo enfoqué como si fuera el
segundo álbum de un grupo de música, que es siempre el más complicado. Había
terminado la trilogía, que fue muy bien, y sinceramente pensé “buah, este lo
voy a escribir volando”. Y de repente tenía nuevos personajes, nuevos escenarios,
todo totalmente diferente, me volví loco. Me odiaba a mí mismo. Odié al libro. Todo
era complicadísimo. Y el personaje principal, al final, también portaba esa
gran carga y odio. Creo que me llevó más tiempo porque escribir desde el punto
de vista de una mujer no es algo automático para mí. Me llevó tiempo decidir lo
que quería hacer y luego hacerlo, e ir introduciendo personajes femeninos en
los libros para hacerlos más diversos y variados. Así que creo que eso le
añadió un nivel extra de dificultad. Fue una prueba el tener un personaje
protagonista femenino, así que definitivamente fue el más complicado.
Sanderson: esta
es fácil para mi, ya que recogí el testigo de La Rueda del Tiempo cuando ya estaba
casi terminada y escribir personajes que, aunque estaba familiarizado con ellos
y he crecido a su lado, no habían sido creados por mi fue un reto enorme. Fue
muchísimo más difícil que cualquier personaje creado por mi porque tenía que
ser consecuente con lo ya escrito. Es como repintar una mancha en una pared
pintada. ¿Alguna vez lo habéis intentado? ¿A qué es difícil? Conseguir ese tono
igual es imposible, siempre te quedas en ese que es parecido, pero no el
adecuado.
Rothfuss: el más
complicado para mi es Denna. Porque es cuestión del narrador. Hay dos narradores
que en realidad son el mismo: están el joven Kvothe, quién puede hablar de las
cosas del presente, y además está el Kvothe más mayor quien cuenta la historia
de forma que cuando el joven Kvothe no tiene mucha idea de lo que pasó, el
Kvothe adulto puede coger protagonismo y decir “chaval, en aquel entonces no
tenía ni idea pero esto era lo que realmente estaba pasando”. Es algo así como
la voz de la sabiduría y la experiencia.
Pero la verdad es que el Kvothe mayor también está aún muy
afectado por esta mujer, lo cual es algo muy obvio, por lo que no puede acercarse
y dar esa perspectiva en el libro. De esta forma tengo las manos atadas. No
solo tengo una mano atada a la espalda, que es lo que pasa cuando escribes en
primera persona, sino que si además eliminas a Kvothe como el narrador
subjetivo, tengo ambas manos atadas a la espalda a la hora de tratar de traer a
Denna al lector. Y eso hace que sea una putada escribir escenas de Denna.
(Carcajadas del público). Hasta el punto en que si he fallado en algún momento
en estos libros es en mi incapacidad para acercar a ese personaje al lector
tanto como me gustaría.
Cristina: en
exactamente dos minutos nos van a cortar los micros, nos van a apagar las
luces, nos van a echar a patadas en el culo. Yo pienso exactamente lo mismo que
tu y estoy poniendo la misma cara por dentro, pero reconozcamos que ni con una hora
más tendríamos ni para empezar, ¿verdad? Así que chicos, este es el momento
moñas que os decía, el momento en que nos decimos hasta el año que viene.