Baila, baila, baila - Haruki Murakami

Título: Baila, baila, baila ( ダンス・ダンス・ダンス)
Autor: Haruki Murakami
Saga: The Rat #4
Traducción: Gabriel Álvarez Martinez
Editorial: Tusquets editores (colección andanzas)
Número de páginas: 453 páginas
ISBN: 9788483834251 

“En marzo de 1983, el joven protagonista de esta novela, redactor freelance todoterreno, después de pasar días sombríos, siente la necesidad de volver a ciertos escenarios de su vida para ajustar cuentas con el pasado. Viaja a Sapporo con la intención de alojarse en el Hotel Delfín, donde años atrás pasó una semana con una misteriosa mujer que, de manera inesperada, desapareció de su lado. A su llegada descubre que han derribado el hotel y que en su lugar se alza otro, moderno y lujoso, pero su estancia allí propicia la aparición de personajes envueltos en un aura de irrealidad: una guapa recepcionista que ha vivido experiencias inverosímiles, una adolescente dotada de una aguda sensibilidad, o un antiguo compañero de colegio, ahora actor de éxito, que lo meterá en graves aprietos. Asesinatos, viajes a Hawai, pasajes a otros mundos y fiestas se suceden al ritmo de la música que suena en la radio de su destartalado Subaru. Lo cierto es que, como afirma un enigmático personaje, todo está conectado. Porque sólo se regresa al Hotel Delfín para poder empezar de nuevo.”

Tras reposar un poco mis sentimientos sobre este libro sigo estando muy confusa y es que, aunque es un libro que me ha gustado, siento como que le falta algo, comparado a los demás que he leído del autor. Que habiendo leído otros libros suyos, este me ha dejado una sensación de vacío que los otros no habían dejado. Eso no quiere decir que la novela no me haya gustado, sí lo ha hecho y he disfrutado mucho leyéndola, solo que no tanto como otras del autor. Es posible que, al tratarse de un cuarto libro de tetralogía, me hayan faltado los previos para disfrutar del todo del libro.

Nos encontramos con una historia con una división sencilla, cosa a lo que Murakami no me tenía acostumbrada. Narrado en primera persona y dividido en capítulos conoceremos a un hombre de mediana edad, divorciado, pero que no es para es arquetipo de hombre normal. Más bien todo lo contrario, me ha dado la impresión de ser un niño en un cuerpo de hombre, al menos en cuanto a razonamiento y mentalidad.

Y es que el protagonista no es el único personaje peculiar de este libro. Porque la familia de Yuki, al completo, también me ha parecido de lo más surrealista, sin hablar de otros personajes femeninos ni el Hombre Carnero. Creo que, en el aspecto de los personajes, es uno de los libros que más me han gustado. No solo por su originalidad, que también, sino por como unos se complementan con otros y como, a pesar de solo conocer el punto de vista del protagonista, parece que realmente también conocemos a los demás.

Algo que me ha desconcertado mucho en este libro es lo mucho que el protagonista divaga. Es cierto que esto no es algo único en esta novela, pero sí que me ha parecido bastante más llamativo que en las anteriores, y eso hacía que perdiera un poco el hilo de lo que estaba contando ya que lo intercalaba con todo tipo de pensamientos random que me desconcertaban más que otra cosa. Creo que esto es parte del motivo por el cual me costó engancharme al libro y es que no fue hasta casi la mitad de este cuando comencé a cogerle el punto. Al principio, a pesar de haber leído la sinopsis no tenía muy claro a dónde íbamos, por donde iba a ir la historia y cual era el propósito de todo esto. Más tarde, cuando ya comenzaron a verse algunos hilos, y sobre todo, comenzaron a conectarse pude relajarme y disfrutar de la historia.

Otra parte de la narración que no me ha terminado de convencer, y es en parte también por lo que me costó engancharme es que me ha parecido que la trama avanzaba muy a trompicones. A veces, en pocas páginas pasan muchas cosas, y en ocasiones, estaban llenas de divagaciones que, me daba la sensación, no llevan a ningún sitio y, cuando hacía recapitulación de lo leído parecía que la historia no había avanzado.

Por otro lado, si que he disfrutado mucho con esa dualidad que encontramos en el libro de realidad y sueño. Qué es real, qué no lo es, qué tiene un carácter más sobrenatural y qué cosas son solo coincidencias. Y es que creo que todo eso está separado por una fina línea que depende tanto del protagonista como de lo que el propio lector vuelque en el libro.

El final me ha dejado con muchas ganas de más, ya que, más que un final me he sentido como si cortaran la historia de golpe. Yo soy mucho de leer el final escrito, prefiero que me lo cuente a tener que inventarlo o imaginarlo yo misma, y en este caso no ha sido así. Por eso me ha resultado complicado llegar a ese sentimiento de “he terminado el libro” y me he quedado con un punto de vista algo más en el aire, inconcluso. Lo que, por otro lado, dado ese gran punto misterioso de la novela, tampoco me ha parecido que desentonase demasiado.

Baila, baila, baila es hasta ahora la novela que menos me ha llegado del autor. Aunque cuenta con unos personajes que me han parecido muy curiosos y brillantes, ya que, realmente son la vida de la novela, me ha costado engancharme. Esto es, creo, en parte porque el protagonista divaga bastante, de forma que intercala estas divagaciones en la trama y me desconcentraban bastante, y en parte porque no sabía hacia donde iba a ir la historia. No obstante, por otro lado, una vez todo comienza a hilarse, y es que todo está conectado, comencé a descubrir y a disfrutar realmente de la novela la cual leí del tirón. Aunque sí que es cierto que esperaba un final algo más conclusivo y cerrado de lo que ha resultado.