El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas - Haruki Murakami

Título: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
(Sekai no owari to hādoboirudo wandārando)
Autor: Haruki Murakami
Libro autoconclusivo
Traducción: Gabriel Álvarez Martínez
Editorial: Tusquets
Número de páginas: 624 páginas
Precio: 12.45 €
ISBN: 9788483835692

 

“Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador: una transcurre en el llamado «fin del mundo», una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en un Tokio de un futuro quizá no muy lejano, un frío y despiadado país de las maravillas. En la primera, el narrador y protagonista, anónimo, se ve privado de su sombra, poco a poco también de sus recuerdos, e impelido a leer sueños entre unos habitantes de extrañas carencias anímicas y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en invierno. 

En la segunda historia, el protagonista es un informático de gustos refinados que trabaja en una turbia institución gubernamental, enfrentada a otra organización no menos siniestra en una guerra por el control de la información; sus servicios son requeridos por un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la conciencia y de la mente y vive aislado en la red de alcantarillado, una red poblada por los tinieblos, tenebrosas criaturas carnívoras.”

Cada vez que abro una novela de Murakami trato de saber lo menos posible para que me sorprenda al máximo. Fue un consejo que me dieron hace tiempo a la hora de leer los libros de este autor y, sinceramente, hasta ahora me ha ido de maravillas. Eso sí, me advirtieron que este libro de Murakami era raro, y que, al haber leído hasta ahora su parte más realista a lo mejor me parecía demasiado raro.  Y lo ha sido, pero he salido contenta.

En El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas se intercalan dos historias, una en el fin del mundo, y otra en el despiadado país de las maravillas. Válgame la redundancia. Los capítulos van alternando ambos escenarios y cada capítulo que leemos conocemos un poquito más de cada una de las historias. Aunque esto está claramente diferenciado, y se nota mucho cuando cambia de historia, más que nada porque lo pone, no he podido evitar sentirme algo confusa al principio.

Y esto no era por la combinación de ambas historias, sino porque, hasta bien entrada la narración, no tenía muy claro hacia dónde se dirigía cada una.  La presentación de personajes y la ambientación de las historias me pareció muy buena. Es más, era capaz de ir asimilando fácilmente las peculiaridades de ambas. Y es que, sobre todo El Fin del Mundo me ha parecido un lugar muy, particular, llamémoslo así. Pero no conseguía tener una idea clara de hacia dónde quería llevarnos Murakami hasta bien avanzada la novela. Esto no es algo malo en sí, lógicamente, pero no conseguía engancharme de todo debido a ello. Tenía una sensación constante de “ya, pero ¿a dónde quiere ir parar con esto?” No obstante, tengo que decir también que, llegado un determinado punto, todo comienza a cobrar sentido  y fue cuando verdaderamente me enganché y no pude soltar la novela.

De ese modo, me ha pasado gran parte del libro haciendo cábalas. Ha sido una lectura que me ha hecho trabajar mentalmente porque quería teorizar sobre cómo podrían estar relacionadas ambas historias, en caso de estarlo, y hacia donde se podía dirigir la trama. Esta ha sido una de las partes más satisfactorias de la novela, ya que me ha sorprendido mucho y es que gran parte de la trama, como ya os he comentado, no me la esperaba y la otra parte me ha sorprendido mucho. Creo que Murakami sabe cómo mantener al lector en vilo y sorprenderle cuando menos se lo espera.

Los personajes han sido una de las cosas que destacaría de la novela. Y es que a pesar de estar narrado en primera persona, lo que nos asegura conocer en profundidad al protagonista, o protagonistas, no veo carencias en el resto de los personajes. Sino más bien todo lo contrario. En la novela son importantes los puntos de vista de todos los personajes, incluso aquellos que no la protagonizan, entenderlos, comprender sus motivos, y eso es algo que Murakami consigue trasmitir con éxito y de forma creíble.

Hasta ahora, a pesar de que me gusta mucho leer a Murakami, cuando termino una novela suya no puedo evitar tener esa sensación de que se me han escapado detalles y que no he entendido todo lo que me ha querido contar. Este libro no solo es una excepción, sino que además mi desconcierto ha sido mayor. Sobre todo tras ver como acababa. Ese final me ha dejado entre maravillada, confusa, y sin tener muy claro que pensar sobre ello. Es un final acorde con la novela, pero que a mi me ha dejado con una gran cara de interrogación.

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas nos cuenta dos historias, en apariencia muy dispares. Una de ellas tiene dirección, muchos detalles, sabemos hacia donde avanza a pesar de tener grandes detalles al más puro estilo ciencia ficción; la otra, una trama más descriptiva, más centrada en el lugar en sí que en la trama. Aunque al principio me sentía tremendamente perdida, sobre todo en una de las historias, poco a poco fui conectando las ideas. Con grandes guiños a la música, y unos personajes muy peculiares y trabajados nos sumergiremos en dos tramas que han mantenido a mi cerebro trabajando a todo gas para hacer teorías sobre la misma. Una lectura diferente y sorprendente sin lugar a dudas.